lunes, 19 de noviembre de 2012

5- UN GRAN DIA DE BICI. Pilón - Chivirico 120 kms

Durante los días precedentes había estado realizando una "encuesta" entre la gente del pueblo de Pilón sobre la posibilidad de llegar hasta Santiago de Cuba por la carretera de la costa, a pesar del mal estado de la misma. Los resultados no eran para nada esclarecedores. Unos me decían que no podía pasar porque la carretera estaba destruida, otros que si podía pero que un par de puntos tenía que cargar con la bici, los más optimistas que no había problema. Lo que más me preocupaba era que mucha gente comentaba que la mayor dificultad eran los rios, que con las últimas lluvías bajaban crecidos desde la Sierra Maestra al mar y eran muy peligrosos porque incluso a veces pasaban por encima de los puentes. Otro problema es que si hacía mucho oleaje el mar solía inundar la carretera y en este caso tendría que esperar a que se calmara.
Al final decidí seguir por la carretera de la costa a ver lo que me encontraba, realmente nadie me había dejado las cosas claras y antes de retirarme quería comprobar por mi mismo si se podía pasar. Si hubiese sido por Mara, la dueña de la casa, me hubiera quedado en Pilón una semanas más, el negocio es el negocio. 

Tampoco me iba arriesgar a hacer ninguna barbaridad, si veía que no podía pasar seguro que algún guajiro me alojaría en su casa. La gente del campo suele ser muy hospitalaria y seguro que no me iban a dejar tirado. En última instancia llevaba la tienda de campaña por si acaso. 

Unos kms después de Marea del Portillo, a unos 20 kms de Pilón, me encontré con un río por el que tuve que cruzar y empaparme las zapatillas. En estos casos me alegro de haber comprado las alforjas estancas porque no tuve que andar desenganchándolas de la bici. Si en tan solo 20 kms ya había estas dificultades, no quería pensar lo que me esperaba más adelante.
Al poco apareció otro segundo río más crecido y ya me dió un poco de miedo. En Pilón me habían comentado que llevara cuidado, que mucha gente que se arries a cruzar, acabó arrastrado hasta el mar por crecidas repentinas. 
En este segundo río, que es el de la foto, si que desenganché las alforjas para pasarlas primero y después la bici. Menos mal que antes de cruzar, una pareja me dijo que porque no iba mas allá por la carretera, donde había un puente. jajaja. 


Menos mal que encontré esta pareja que me indicó el buen camino



Comienza a llover


La poca gente que pasaba iba en carro o a caballo

El bendito puente que me evitó muchas dificultades

Durante gran parte de la mañana no paró de llover

Toda la carretera para mi solo

Ya se empieza a ver parte de la carretera destruida. Esto no fue a causa del ciclón, esta vía está desde hace tiempo así.



Soledad


Conforme avanzaba la carretera estaba peor y me encontraba casi en absoluta soledad.
 


A pesar de la incertidumbre de si podría pasar o no y de la lluvía que en algunos momentos era bastante fuerte y me dificultaba el pedaleo, el paisaje era estremecedor.



Menos mal que otra vez, y por tercer día consecutivo, el viento soplaba a mi favor, cosa no habitual en esta zona donde los vientos vienen normalmente de frente.

Ahí va el tio!!!

Este guajiro se empeñó en que me montara en el caballo pero  con la bici ya tenía suficiente


Cuando llegué al Puente de la Magdalena me encontré con el dilema de si se podía pasar o había otro camino alternativo. Me encontré con unos franceses que habían llegado hasta aquí en coche y les habían dicho que se podía pasar. Tambien les aseguraron que se podía llegar hasta Santiago por esta carretera. Yo les dije lo que me había comentado la mayoría de la gente, que incluso con la bicicleta había dificultades para llegar a Santiago. Menos mal que me hicieron caso y se dieron la vuelta porque mis informadores tenían toda la razón. Yo al final tuve que pasar por el puente.

Puente de La Magdalena. Peligro de hundimiento
No había más remedio que pasar por ahí. "P´abernos matao"

A lo largo de la mañana me había cruzado con poca gente por la carretera, solo algunos guajiros a caballo y la pareja de franceses. Conforme me iba acercando al primer punto problemático las informaciones eran más claras. A tan solo un par de kms del paso pregunté a un guajiro que acababa de pasar por allí a caballo y me aseguró que podía pasar con la bicicleta. Menos mal que no se equivocó y aún con dificultades pude pasar sin cargar con la bici al hombro.


Primera gran dificultad, unos 200 mts de calvario entre piedras. Lo que no sabía es que más adelante me esperaba otro tramo peor. Menos mal que los franceses que iban en coche me hicieron caso.
 

Por ahí habia que pasar. Menos mal que el oleaje no era muy fuerte


A pesar de las dificultades los paisajes eran impresionantes

Recuperando fuerzas

Este cartelico iba que ni pintado para mi jornada ciclista

Nada más cruzar la aldea de La Plata llegó la segunda dificultad, un tramo de 800 mts de grandes rocas, al parecer en peor estado que el anterior. En La Plata me dijeron que se podía evitar la carretera subiendo una loma. No se a que se referían hasta que llegué a una bifurcación donde me encontré a otro chaval en bici que me indicó el camino a seguir, incluso se ofreció a ayudarme a empujar la bici, pero preferí hacerlo por mi cuenta. 
- Señor, va a pasar usted mucha pena. Me dijo. Pero al final la cosa tampoco fue para tanto y desde la loma había muy buenas vistas.

 Este es el punto exacto donde está el desvio por si algun otro loco quiere hacer esta ruta

Subiendo por la izquierda se evita un tramo de costa muy complicado para pasar con alforjas

Comienzo de la subida. Hay que empujar pero tampoco fue demasiado duro

Dificultades en el camino




Bonitas vistas desde la loma


 Rodeando por la loma se sale de nuevo a la costa




En esa caseta estuve tomando unos refrescos y comprando agua a los guías del Parque Nacional Turquino. También les di unos parches para su bici, al parecer muy dificiles de conseguir en Cuba.

A partir de aquí ya se comenzaban a ver los destrozos causados por el huracán

Ya de nuevo en la "carretera"

Estas típicas casas de madera y techo de paja es lo único que había por esta zona

Impresionantemente bella la Sierra Maestra



Mi idea inicial era quedarme a dormir en el Campismo la Mula o en el pueblo de Uvero. Pero me encontraba fuerte y decidí seguir hasta Chivirico.


Poco antes del Campismo La Mula paré a la sombra a hacerme un bocadillo. Enseguida acudieron estas paisanas a ver lo que hacía el yuma (guiri)

De vez en cuando caía una fuerte lluvia y enseguida despejaba de nuevo



Así se encontraba gran parte de la carretera

Nadie me avisó de este tercer "punto negro" que logré pasar con bastantes problemas

Y más adelante tampoco es que hubiera una autopista. Al menos no había coches.

¿Acojona, no?

Después de 120 kms y muchas dificultades, llegué a Chivirico. A pesar del sufrimiento y el cansancio me encontraba eufórico por haber conseguido pasar la parte más dificil de esta carretera y no tener que volver derrotado sobre mis pasos. Además la ruta había sido preciosa, sin duda una de las mejores jornadas ciclistas de mi vida.
En Chivirico sabía que no existían casas particulares legales y enseguida me enteré de que los hoteles cercanos estaban cerrados. Nada más entrar al pueblo apareció un jinetero (buscavidas) para conseguirme una habitación donde dormir. Como no tenía otra cosa y ya era tarde me dejé guiar. Al principio quería que me quedara en su casa con su mujer y niños. Ya me avisó que era muy humilde y me la dejaba casi regalada, pero al verla me quedé alucinando, era una especie de cuadra donde vivian todos hacinados, una pena Lo que más me echó para atrás fue que me fuí dando cuenta que el tipo iba un poco borracho y ya no me inspiraba confianza. También me llevó a casa de una vecina, mucho más habitable, pero le dije que yo mismo me buscaría la vida. Me costó quitarmelo de encima.
Ya era de noche y un chaval que andaba por allí me llevó a casa de una familia amiga suya. No había luz en todo el pueblo a causa del huracán y nos guiábamos solamente con mi frontal. Al final me quedé con esa familia formada por un matrimonio y un bebé de pocos meses. La habitación donde me quedé era de la hija mayor que se encontraba estudiando en Santiago. Una familia muy agradable con los que estuve de charla a la luz de las velas hasta que caí rendido. Pagué 10 CUC por la habitación, una miseria para nosotros pero mucho para esta gente. El sueldo medio de un cubano es entre 10 y 15 CUC, menos de 13 euros al mes. Aún no me explico como pueden vivir con eso.
Curiosamente la única caída que he tenido en este viaje no ha sido a causa de la bici, sino de madrugada desde la cama de esta habitación. La cosa no fue de broma, me hice bastante daño en el codo y semanas después aún tengo costra.

2 comentarios:

  1. Que paisajes más impresionantes, el contrate del azul y el verde es una pasada.

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  2. Como ya explico en el texto, a pesar del sufrimiento ha sido uno de los mejores días viajeros de mi vida. Paisajes impresionantes y un poco de aventura.

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